Como todos sabemos, los relojes ahora no son solo una herramienta para la función de cronometraje, sino también una especie de decoración y embellecimiento. ¡Hoy, déjame llevarte a conocer algunas obras maestras de la industria relojera!

La obra maestra clásica es el cronógrafo de ratrapante.

Los relojeros inventaron el embrague mecánico en el siglo XIX y volvieron a liderar la industria mundial. Este delicado embrague también se utiliza en la industria del automóvil. El cronógrafo de doble segundo puede medir el tiempo de carrera de un corredor, o puede usar dos manecillas diferentes, a saber, la manecilla de cronógrafo estándar y la manecilla de doble segundero, para medir el tiempo de carrera de dos personas que comienzan al mismo tiempo.

Cuando corras, presiona el primer botón del cronómetro y dos manecillas completamente diferentes comenzarán a cronometrar. Cuando pasa el primer corredor, al presionar el segundo botón se detiene inmediatamente el segundero doble y se lee el tiempo de ejecución, mientras la manecilla del cronógrafo estándar continúa moviéndose. Después de que el cronometrador lee el tiempo transcurrido, puede presionar el botón de segundos para devolver el segundero doble a su posición original. El segundero doble regresa a la posición de cronometraje en un instante y puede usarse nuevamente para la función de cronometraje.

Este logro de los relojeros demuestra una vez más que no temen los desafíos y tienen la capacidad de inventar mecanismos más complejos y precisos. Detener una manecilla sin detener el reloj era una tarea completamente imposible en el pasado. Del mismo modo, también es un logro extraordinario que el doble segundero vuelva a entrar en el movimiento y sincronice la hora con las manecillas del cronógrafo estándar en funcionamiento. La memoria mecánica utilizada en el calendario perpetuo es igualmente ingeniosa.

La obra maestra clásica es el pináculo de la precisión extrema Tourbillon

Elimina la influencia de la gravedad en los relojes mecánicos. El reloj en sí se da cuerda por gravedad, y la gravedad se utiliza para mejorar su rendimiento. El principio es muy simple. Hay una pieza de metal en el movimiento del reloj que puede moverse libremente dentro de un rango limitado. Cuando la gravedad lo empuja hacia abajo, este bloque de metal activa el sistema de recuperación de energía para recuperar la energía mecánica generada en el proceso y almacenarla en un resorte como energía para que el puntero se mueva.

Dependiendo de la posición del reloj en la muñeca, la gravedad tendrá cierta influencia en el volante responsable del movimiento del reloj, por lo que dependiendo de si el volante está hacia arriba o hacia abajo, la regularidad del movimiento del reloj será afectado.

Por ello, el maestro relojero inventó el escape para compensar el error provocado por la gravedad. En pocas palabras, a medida que el escape gira hacia el centro de la Tierra, el ritmo se vuelve más rápido debido a la influencia de la gravedad sobre el escape. En cambio, si gira alejándose de la Tierra, producirá un error igual y opuesto, que será corregido por el cronómetro. Se trata de un movimiento innovador: la energía del reloj no sólo se utiliza para girar las manecillas, sino también para mejorar la precisión del reloj.

Con este tourbillon, los relojes mecánicos evitan los errores provocados por la gravedad. Independientemente de la postura del portador, el reloj funciona con precisión con las mismas reglas.

By Summer

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